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DEJÁTE ATRAPAR POR ESTA MÁGICA HISTORIA
La Leyenda del grito de la llorona
A aquel campesino lo alcanzo la noche barbechando en su parcela, como había Luna llena decidió continuar otro rato a la luz de esta. No sintió el tiempo pasar concentrado en su trabajo; por la posición del satélite natural que iluminaba todo con plateada claridad encima del cerro “El Cihuapilli”, con la experiencia de gente de campo calculo que ya sería cerca de la medianoche. Cargo su burro con leña y lo hecho a caminar con ligereza por la vereda de regreso; con el esplendor de la luna podía ver con cierta claridad. Varios animales de hábitos nocturnos se cruzaron en su camino, como Tlacuaches, tejones, conejos, hasta dos coyotes corrieron asustados deteniéndose más adelante para aullar lúgubremente.
Después de un buen rato de caminar, vio a lo lejos brillarla luz azul fosforescente de la cruz del templo. Sintió alegría porque tenía hambre, seguramente su mujer lo estaría esperando con algo para cenar, como siempre que se tardaba. A lo lejos, hacia el cerro de San Miguel, relampagueaba por la tormenta que se avecinaba, apuro más a su burrito para ganarle al agua. Llego al enorme árbol conocido como “El Salaton”, cuando pasaba bajo sus frondosas ramas, y a la luz de la Luna,creyó ver de pronto una figura blanca que volaba o flotaba por encima, como una gigantesca ave. Aunque le pareció muy extraño, pensó que quizá fue una garza muy grade, apremio más a su asno pues el viento que precede a la lluvia soplaba cada vez más fuerte.
Justo al pasar por el tanque que almacena el agua potable de la población, escucho claramente el llanto de una mujer, al tiempo que su burro se ponía muy nervioso, tanto que echó a correr rebuznando. No le dio mucho trabajo distinguir a una mujer vestida de blanco, recargada sobre las tablas del estanque; camino hacia ella con el fin de ayudar, cuando estuvo a tres metros le pregunto _ ¿Qué le pasa señora? _ _ Ya es muy tarde para que ande por aquí _ _ ¿Si me escucha? _
Ante el silencio de esta, se acercó un poco más. La extraña mujer comenzó a girar lentamente, cuando volteo, el campesino sintió un escalofrío; no le pudo ver el rostro porque, el cabello largo y suelto se lo cubría. Entonces le escucho una vos ronca que le dijo _ ¡Oye! ¿No has visto a mis hijos? El buen hombre empezó a dar pasos hacia atrás; enseguida fue testigo de cómo empezó a levitar. Sacando fuerzas de su mismo terror, dio media vuelta y corrió dando traspiés. Al tiempo que escucho en lo alto el terrible grito tan conocido por la leyenda _ ¡Hayyy mis hijooos! ¡Donde estáaan mis hijooos! Cayo varias veces para pararse con dificultad y seguir huyendo. Persiguiéndolo a muy baja altura y sin dejar de proferir los legendarios gritos, el campesino sentía que lo quería levantar de los cabellos ¡Nooo, auxilio, dios mío ayúdameee! En tan terrible situación llego a las primeras casas a punto de desfallecer. Fue en ese momento que el terrible ser, se desvió con dirección a la barranca del Cinique.
Llego a su casa que estaba cerca, ya no corría, arrastraba los pies. Algunos vecinos que escucharon los famosos y horribles gritos de La Llorona, abrieron un poco sus ventanas para sacar crucificos benditos y decir oraciones en voz alta. Su esposa lo había oído gritar aterrorizado, también los alaridos de la mujer demonio. Con un crucifico en lo alto lo vio acercarse, entro sin reconocerla y delirando. Cerro la puerta con gruesa tranca, prendió velas y cirios benditos, él se acostó con los ojos abiertos gritando toda la madrugada ¡Nooo! ¡Me quiere llevaaar! ¡Auxilióoo! Cuando amaneció le trajeron a un Sacerdote para que lo confesara. Más, nunca más quedo bien de sus facultades mentales
Dice la leyenda, que La Llorona vivió en el siglo XVll en la capital de la Nueva España, se llamaba María Moncada De Los Reyes; ahogo a sus dos pequeños hijos en un rio, cuando enloqueció de celos al abandonarla su amante y padre de los menores, un Capitán Español que regreso a vivir con su esposa. Después de aventar a los niños en las turbulentas aguas, enseguida ella también se arrojó. Se cuenta que desde entonces, la maldición de La llorona, busca a sus hijos por todo México, dando los terribles lamentos que muchísima gente dice haber oído alguna vez, o conocer a alguien que los escucho.