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DEJÁTE ATRAPAR POR ESTA MÁGICA HISTORIA
El tamborilero sin cabeza
En el reloj de la iglesia sonaron las tres de la madrugada. Un tren carguero acababa de pasar rumbo a Guadalajara. Entonces doña Elodia que vivía frente a la vía, en el tramo del Zalatón (Gran árbol de higuera) a las alcantarillas, decidió salir de dudas de una vez por todas; no era la primera vez que escuchaba aquel extraño ruido de tambor acompasado, en repetidas ocasiones lo habían comentado con sus vecinos. Después de pasar un ferrocarril, más o menos a esa hora, se oían los tétricos y pausados golpes de un tamborilero.
Doña Elodia abrió la mitad de la ventana de su recamara, alumbrada por dos veladoras, su esposo dormía profundamente. Sintió el fresco del aire en la cara, a lo lejos un burro rebuznó, los perros ladraban, y en el corral dos gatos peleaban ferozmente. El ruido del tambor se acercaba cada vez más viniendo del Zalatón, al parecer por la vía. Frente a su casa estaba un poste de luz, con una lámpara vieja que a ratos se apagaba y luego se volvía a encender.
Sentía que el corazón le latía más fuerte conforme se aproximaba aquello, por su enorme incertidumbre. Ahora estaba ya muy cerca. Sobre la vía en la semioscuridad, clarito aprecio que algo se movía lentamente, si, era el que tocaba el tamborcillo. Cuando estaba a punto de descubrir el misterio, la lámpara se apagó.
En este momento el tamborilero pasaba exactamente frente a su ventana, pero en la casi total oscuridad. De repente, la defectuosa lámpara del poste volvió a encenderse
La atisbadora señora dio un alarido que despertó a su marido. Lo que vio era desquiciante, el que hacía sonar el tambor pausadamente, era un niño o jovencito, pero lo espeluznante era que, con calzones de manta cortos, iba descalzo y no tenía cabeza.
Este singular fantasma, del tamborilero sin cabeza, dicen los vecinos, se escucha de cuando en cuando después de pasar un tren carguero en la madrugada, sobre todo en el mes de Noviembre, que es el mes de los muertos.
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AUTOR: JOSÉ SILVA VÁZQUEZ.